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La ecotasa «demoniza» al sector hotelero y el Govern está «jugando con fuego» al aplicar ese impuesto, según afirmaron ayer los diputados del Partido Popular de Balears, Joan Flaquer y José María González Ortea. El grupo parlamentario del PP solicitó ayer la retirada del proyecto de ecotasa presentado por el Ejecutivo por ser «injusto y discriminatorio», al tiempo que hace «peligrar» la competitividad del principal sector económico de Balears. Pocas horas después de que el Govern presentara el borrador de la ecotasa a los medios de comunicación, Flaquer y González Ortea celebraron una rueda de prensa para insistir en que el impuesto «va en detrimento del sector hotelero y favorece la oferta turística ilegal y los alquileres urbanos existentes en el archipiélago por cuanto en estos establecimientos no se pagará este impuesto». El PP ofreció la «máxima colaboración» para que el Govern abandone esta propuesta y logre, en la próxima negociación con el Estado sobre la financiación autonómica, que parte del IVA, que se paga en Balears y que gestiona el Gobierno central, sirva para mejorar el medio ambiente insular.

Tanto González Ortea, presidente del grupo parlamentario popular, como el portavoz de comunicación explicaron que no acudieron al Consolat de la Mar (ayer a mediodía), donde el Govern les iba a explicar este proyecto, porque era «innecesario participar en este paripé». Los populares criticaron la «falta de formas, de respeto y el desprecio» del Govern hacia la oposición por cuanto «hemos sido los últimos» en ser convocados para saber del contenido de la ecotasa.

A la espera de lo que opine la dirección de este partido en Balears, ambos diputados ya anunciaron que el grupo del PP solicitará la devolución de este proyecto que «resta» competitividad a los hoteles frente a otros destinos turísticos.

Durante la rueda de prensa, el PP calificó este proyecto de «malo e inaceptable» al «sancionar» la oferta legalizada de alojamientos turísticos que pagan sus impuestos. González Ortea recordó que los turistas ya pagan sus impuestos cuando vienen al archipiélago, pero el problema es que el dinero que se recauda «se va a Madrid y no vuelve».