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Lleva disfrutando de sus vacaciones estivales desde hace 36 años. Ahora Dieter Bortfeld, un abogado y notario de 70 años de edad, ha donado a Cala Blava una preciosa escultura que ayer fue inaugurada. La obra está instalada en la entrada de la avenida Vigen de Begoña.

Muchos vecinos, amigos y autoridades festejaron esta inauguración en la tarde de ayer. Bortfeld, al igual que muchos alemanes, confiesa que «yo y mi mujer teníamos añoranza por las costas mediterráneas. Por el clima, la cultura y la población latina». Su llegada a Mallorca se produjo en 1952, cuando descubrió una zona salvaje llamada Cala Mosca. En otra ocasión, y realizando prácticamente el mismo recorrido, encontró la urbanización de Cala Blava. «Me enamoré de un solar y convencí a mi mujer para comprarlo y construir una casita con jardín. Nosotros, los dos niños y mi suegra veníamos cada verano aquí. Yo, siempre que puedo escaparme de mis obligaciones como abogado y notario en Hannover, encuentro descanso aquí.