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«Si algo me gusta es vivir», escribió el poeta Blas de Otero. Y bajo el lema «Treballar per viure» se inició en la Plaça d'Espanya la manifestación conjunta UGT-CC OO del 1º de Mayo. Como suele suceder en casi todos los órdenes de la vida, los jóvenes fueron los más combativos, los mayores los más nostálgicos y los adultos los más... bueno, los más numerosos. Antes de la salida pudo verse a un joven vestido con frac "que representaba al «capital»" golpeando con su látigo a un joven arrodillado disfrazado de Aznar. Por todo ello parece razonable deducir que no eran especialmente favorables al nuevo Ejecutivo.

Viejos militantes de UGT y CC OO lamentaron que el carácter reivindicativo que tuvo esta jornada durante años haya ido perdiendo peso en favor de un tono más festivo. Los consellers Grosske, Caro y Rosselló participaron en la manifestación. Al president Antich, como a «Míster Marshall», se le esperaba, pero no acudió. A lo largo de la manifestación se escucharon, por este orden, silbatos, teléfonos móviles y reivindicaciones laborales. «Seguridad laboral», «35 horas. Ni una hora más», «Treball temporal, terrorisme laboral» y «Habrá que preparar una huelga general» fueron las consignas más repetidas "con la coletilla «y para que se enteren Aznar y Botella, nos vamos a comer una paella»".

En el Parc de la Mar intervinieron José Benedicto "CC OO" y Lorenzo Bravo "UGT", así como un representante de la Coordinadora Balear de Solidaritat amb Colòmbia y Margalida Capellà "de Amnistía Internacional", denunciando violaciones de derechos humanos en Colombia y Arabia Saudí respectivamente.

En el Parc había stands de, entre otros, comercio justo, comida filipina, Asociación Uruguaya de Baleares, Casal de Amistad MallorcaCuba o Sindicat d'Estudiants. Para conseguir un plato de paella era necesario, en principio, un ticket, pero al final todo aquél que se acercó hasta el Parc, incluidos algunos turistas "se supone que con conciencia obrera", disfrutaron de una excelente paella.