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La Direcció General de Consum del Govern balear ha detectado irregularidades en la tarjeta ciudadana puesta en marcha por el Ajuntament de Palma para sustituir al bonobús. Unas irregularidades que tendrían que ver con varios aspectos como son la protección de datos, el derecho a la intimidad, el uso de la tarjeta por menores, la exclusividad de dos bancos para su distribución o el hecho de que se ofrezcan servicios añadidos no solicitados por el usuario.

Según ha podido saber Ultima Hora el expediente abierto al respecto puede ir, en función de la normativa legal vigente, desde una mediación entre el Ajuntament de Palma y la Conselleria de Sanitat i Consum dirigida a subsanar las irregularidades detectadas a la suspensión cautelar de la tarjeta ciudadana.

El Govern balear no quiere una disputa institucional con el Ajuntament "hay que recordar están gobernadas por formaciones políticas diferentes" y es por ello que se está actuando de la forma más aséptica posible. El asunto está en manos de los servicios jurídicos y el expediente se encuentra en fase de estudio cuyas conclusiones podrían conocerse ya esta misma semana.

La Direcció General de Consum ha solicitado información complementaria a agencias especializadas. Asimismo se ha solicitado al Ajuntament de Palma que alege sobre los distintos puntos oscuros que se han detectado en la tarjeta ciudadana. La Agencia de Protección de Datos, por su parte, está investigando la tarjeta ciudadana según señaló su director, Juan Manuel Fernández, el pasado mes de marzo en un seminario organizado por Ausbanc.

En principio, estaba previsto que el bonobús dejara de estar operativo el pasado 31 de marzo pero, sin embargo, se ha postpuesto para el 30 de junio. En el plazo de tiempo que queda, el Ajuntament de Palma tiene prevista la instalación de una red de terminales en los estancos de la ciudad en los que se podrá recargar la tarjeta ciudadana.