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La situación del Psiquiátrico es caótica y ya no por el estado en que se encuentran sus instalaciones, sino también por el ambiente profesional que allí se respira y las tirantes relaciones del personal y sindicatos con la Conselleria de Sanitat que, no obstante, no son ninguna novedad. Una situación que se ha agravado con el «cese/destitución» de Antoni Rifà como director del Psiquiátrico bajo la idea de los responsables de la Conselleria de que cualquier reforma del hospital debe ser llevada a cabo por alguien de fuera. Su sustituto es el menorquín Rafael Carretero.

El CSI-CSIF expresó ayer su malestar por la situación que se vive en el Psiquiátrico y denuncia que la Administración «no ha querido afrontar de manera eficaz y efectiva los problemas del centro». Al respecto, recuerda que «hay una inspección de Trabajo en la cual se le requiere para que se subsanen las diferentes irregularidades y deficiencias que existen en el hospital». Unas deficiencias que, según la Conselleria, ya se están corrigiendo y que vienen heredadas del Govern anterior. Este sindicato denuncia que ni la consellera ni el Serbasa mantienen informados a los profesionales y agentes sociales de las medidas y decisiones respecto a su futuro profesional.

CSI-CSIF señala que las declaraciones de Salom respecto al pésimo estado del Psiquiátrico y la imagen «terrorífica» y «no ajustada a la realidad» que se ha querido dar del hospital de «manicomio de principios de siglo en donde no se tenía en consideración la dignidad humana», enseñando «instrumental en desuso y pabellones cerrados» han sido «desafortunadas» y creado «alarma social» y «preocupación entre los profesionales».