Felio Morey, que aparece enla fotografía detrás de Ramon, asumirá la gestión de Bitel.

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Antoni Villalonga presentó ayer su dimisión irrevocable como director de Bitel minutos después de acudir al Consolat de Mar, sede de Presidència del Govern, a justificar su polémico pasado empresarial. Villalonga argumentó en una carta que dimitía «por las presiones ejercidas desde ámbitos políticos y mediáticos» después de conocerse que una antigua empresa suya había sido sancionada con 30 millones por la Agencia Tributaria y que su gestión en Selec Balear también estuvo marcada por la polémica. El anterior Govern decidió prescindir de Villalonga porque «había cosas raras en su gestión», según explicó ayer un alto cargo del PP. Villalonga fue elegido director de Bitel hace sólo diez días, pero ha sido el president Antich el que ha forzado su dimisión 24 horas después de que el director general de Presidència, Damià Cànoves, solicitase explicaciones al ex senador socialista por los problemas de su antigua empresa, que se dedicaba a la gestión publicitaria. Antich, en cambio, no ha querido mantener en el cargo a Villalonga, cuyo nombramiento provocó un evidente maletar entre los socialistas menorquines. Villalonga se enfrentó abiertamente a un sector del PSOE"menorquín cuando no fue reelegido como candidato al Senado.

En cambio, Villalonga alegó que su decisión era «estrictamente personal, y me permitirá tener la oportunidad de luchar para restablecer mi honorabilidad». En su carta de dimisión, el ex director de Bitel señala que su decisión responde «a la voluntad de desviar la atención sobre el caso de un presunto espionaje político, del cual fue víctima el Consell que, ahora, sigue trámites judiciales».

Damià Cànoves, integrante del consejo de administración de Bitel, puso como ejemplo la dimisión de Villalonga en contra de la postura que se adopta desde el PP. «Esta es la diferencia de actitudes entre las personas de confianza del Govern y las del PP de Matas», opinó Cànoves, que volvió a reunirse ayer con Villalonga a instancias del presidente del Govern. En su carta de dimisión, Villalonga asegura que el supuesto espionaje informático «puede convertirse en el atentado más grave contra la libertad y la democracia en nuestra Comunitat». «Considero que, una vez desligado de Bitel, tendré la libertad de emprender todas las acciones necesarias para restablecer mi honor y todos los daños ocasionados contra mi persona», aseguró el ex director de la empresa informática de la que el Govern posee el 46 por ciento de las acciones.