Ayer se clausuraron las Jornadas sobre VIH/sida organizadas por el Club Ultima Hora. Foto: TOMÀS MONSERRAT.

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¿Por qué hay personas que siguen sin utilizar el preservativo en prácticas de riesgo, como puede ser una relación sexual esporádica o con una persona seropositiva? ¿Por qué hay mujeres seropositivas que se deciden a tener un hijo pese al riesgo de transmitirle el VIH? ¿Por qué hay toxicómanos que siguen intercambiando jeringuillas?

Estas son las principales incógnitas que ayer se plantearon en la segunda y última sesión de las Jornadas sobre VIH/sida organizadas por el Club Última Hora, la Fundación Ramón Areces y el Govern balear. El problema ya no sería tanto la falta de información, que en general es suficiente, sino una carencia de concienciación que lleva a prácticas de riesgo sin tomar las medidas preventivas oportunas, esto es principalmente, el uso del preservativo. Diversas son las causas que llevan a las personas, en un momento dado, a saltarse esas medidas preventivas, que conoce por norma general, y que se resumirían en que el hombre además de ser un ser racional es un ser emotivo.

La transmisión por vía sexual es la gran asignatura pendiente "sin olvidar el contagio por sangre vía jeringuilla" y mientras se dedican millones y millones a la búsqueda de medicamentos y tratamientos contra el sida, el dinero que se dedica a la prevención es mínimo comparativamente. En este punto cabe plantearse por qué no se dedica más dinero a la prevención y se destaca el interés economicista de los laboratorios que están dispuestos a dar dinero para investigación (en cuanto que repercutirá posteriormente en ellos con la venta de fármacos) pero son reticentes a dar fondos para la prevención.

El sida como ha quedado de manifiesto en las jornadas es un problema médico, también social pero también demográfico en, de momento, varios países de Àfrica, el continente originario del virus y más afectado.

Otro de los temas que han quedado al descubierto ha sido que pese a que con el tratamiento antiretroviral se «adormece» el virus hay un porcentaje de incumplimiento que tiene su razón de ser en los efectos adversos que esa medicación conlleva. Unas «vacaciones» son fatales porque provocan resistencias si bien está estudiándose la interrupción terapéutica del tratamiento para conseguir reacciones progresivas del sistema inmune. Si uno «coge» el virus es para siempre y las terapias antiretrovirales no son ninguna ganga por las reacciones adversas que presentan.