La tormenta de granizo duró pocos minutos. FOTO: D.M.

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La estación que acabamos de estrenar ha llegado acompañada de calabruix. Una fuerte tormenta de granizo, inusual en esta época del año, «castigó» ayer a plantaciones y huertos de distintos pueblos del nordeste de la Isla.

El sábado por la noche la lluvia y el granizo ya se dejaron sentir en algunas poblaciones como Manacor, pero fue en al mediodía de ayer cuando descargó con fuerza. Según el centro meteorológico de Balears, en S'Albufera se recogieron 47 litros de agua por metro cuadrado, 26 en Sant Llorenç, 20 en Artà (donde un partido de fútbol fue suspendido por este motivo), 18 en Pollença, 10 en Lluc, 5 en Inca y 6 en Menorca. En otras localidades también llovió, aunque no de forma tan copiosa. El granizo se formó en la costa y cayó para sorpresa de los lugareños pasadas las 12 del mediodía. Duró unos diez minutos y luego le siguió una tormenta que fue amainando hasta que, finalmente, se despejó de nuevo el cielo. En Palma, curiosamente, el sol brilló durante casi todo el día.

El temporal provocó pequeños incidentes. En Manacor, dos locales y un bar en obras se inundaron; en Capdepera dos alcantarillas reventaron y, en Pollença, dos calles quedaron anegadas. En estos municipios fue necesaria la actuación de los bomberos y de la Policía Local. En la carretera entre Sa Pobla y Alcúdia la estampa era de lo más inusual: el arcén estaba cubierto de granizo, los campos con un fino manto y todo ello en primavera.

El granizo trae más perjuicios que beneficios al sector agrícola
Cuando el sector agrícola miraba hacia el cielo pidiendo lluvias, seguro que no pensaba en una tormenta de granizo ya que, en esta época del año, una precipitación de este tipo estropea en vez de arreglar. La falta de agua perjudicaba a los cereales y a los forrajes pero, en parte, beneficiaba al sector hortofrutícola, ya que elimina algunas plagas que se desarrollan gracias a la humedad. Ahora, en plena época primaveral, el granizo ha arrancado muchas flores de los frutales. El granizo caído ayer ha sido un nuevo contratiempo para quienes viven de la tierra y sus frutos.