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El consejo de administración de la sociedad de garantía recíproca ISBA aprobó ayer las cuentas del ejercicio 1999, calificadas por su presidente, Joan Coll, como «el mejor ejercicio económico de los 21 años de existencia de la sociedad».

El consejo de administración debía de haber debatido, además, otra serie de cuestiones de especial relevancia para el futuro de la sociedad, «pero necesitamos disponer de una serie de informes que en este consejo no estaban preparados para tomar una decisión sobre las mismas. Esto ha motivado que el consejo de administración continúe el próximo lunes».

Coll no quiso entrar en más detalles, aunque sí quiso dejar patente que los miembros del consejo habían mostrado su satisfacción por la marcha de la sociedad durante 1999, donde se realizaron 968 avales por un importe global de 4.508 millones. En cuanto a si iba a ser el último consejo de administración que iba a presidir, Coll dijo: «Mi mandato finaliza el 31 de diciembre de este año, por lo que queda mucho tiempo todavía para tomar una decisión al respecto».

El consejo de administración de ISBA, en este sentido, ha pospuesto hasta el lunes cualquier tipo de decisión de futuro que afecte a la actual trayectoria de la entidad, máxime tras las pretensiones del Govern de condicionar su presencia como accionista de ISBA si no se abaratan los avales y se diversifican los objetivos de esta sociedad.

Fuentes del Govern reconocieron ayer que llevan tres semanas negociando con el presidente de ISBA y con las entidades financieras que participan en este proyecto para poder ultimar un proyecto común y más acorde con los tiempos actuales: «Los temas están bastante claros, ya que se necesita una reorientación. Simplificando, lo deseable y lógico es que ISBA abaratara la concesión de los avales y que diversificara también su actividad en apoyar proyectos medioambientales, de innovación tecnológica y a los jóvenes empresarios.