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La Plaza de la Reina, conocida por algunos aún hoy como «davant es Líric», es uno de los lugares más retratados por Planas Montanyà. Era una plaza recoleta que podía fotografiarse a través de una cortina de agua. Durante muchos años conservó un aura romántica y beatífica que quizá provenía de aquel convento de Mínimos que se demolió a mediados del siglo XIX. En los años cuarenta, la Corporación municipal encargó a los jardineros Guillermo Alemany y al de Can Dandi que buscarán árboles exóticos para plantar en los alrededores de la plaza.

El nombre de «jardinet de la Reina» proviene de Isabel II. En el lugar en el que hoy se sitúa la fuente se levantaba la efigie de la soberana y la de cuatro féminas sedentes, de gran tamaño, que representaban la Paz, La Guerra, la Industria y la Agricultura. Llegó un día en que la presencia de los tranvías eléctricos dio a la Plaza de la Reina prestancia de ciudad moderna. La plaza de «S'hort del Rei» forma un todo con el Passeig del Born.

El tráfico y el bullicio de la gente hacen que hoy sea una vía de comunicación de la ciudad y ya no lugar de esparcimiento y solaz. Sólo las mañanas de los domingos nos recuerdan la época en que fue tomada esta imagen de ayer cuando los carros tirados por mulas recorrían tranquilamente la plaza y los turistas, con su especial atuendo que al mallorquín le llamaba en exceso la atención, admiraban la calma de nuestra «ciutat» y las casas de influencia italiana que no se ocultaban tras la frondosidad excesiva de los árboles descuidados.