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Pedro C. García es un hombre de 46 años que ha vivido en su piel la saturación del área de Urgencias de Son Dureta que se repite cada año cuando llega el invierno ante la impotencia de los trabajadores que allí desempeñan su importante labor.

Acudió el lunes 31 de enero a las 17.00 horas a las Urgencias de Son Dureta. Era la primera vez en treinta años que lleva viviendo en Mallorca que se veía en la necesidad de ir a Urgencias de Son Dureta. Pasadas más de tres horas, según relata a Ultima Hora fue atendido «si bien había gente que estaba esperando desde las tres de la tarde». A las 23.15 horas le daban una cama en Urgencias. Al día siguiente después de hacerle unas pruebas le dieron el alta y no necesitó finalmente ser ingresado en el hospital. Sin embargo, asegura que esa experiencia en Urgencias no se le olvidará nunca.

Pedro C. García afirma que cuando vió el panorama se quedó espantado. «Es tal la situación que para ir andando al baño prácticamente no puedes hacerlo de la gente que hay, de las camas y camillas que te encuentras y enfermos cada uno con sus problemas». No obstante, lo que más le llamó la atención fue la falta de intimidad de los pacientes que están allí ingresados debido al amontonamiento y la saturación.

«Estaba en una zona en la que habían unas 25 personas y tal es la falta de intimidad que a una mujer le lavaron sus partes delante de todos nosotros. Había eso sí una pequeña cortinilla pero no era suficiente». Es más, según cuenta él mismo sufrió esta falta de intimidad ya que le tuvieron que hacer un «tacto rectal». «Pusieron un biombo pero había tanta gente que el biombo fue testimonial y me vio todo el que quiso», indica. «Escuchas constantemente los quejidos de las personas mayores y por la noche yo y otras personas no pudimos echar ojo porque había dos personas que roncaban», explica.

En este contexto, Pedro invita a los políticos a que se dejen de tantas luchas y hagan más por solventar los problemas de los ciudadanos. «Estoy seguro que nuestros políticos acuden a la sanidad privada o nunca tienen problemas de salud porque si fueran a la Seguridad Social se darían cuenta de cuál es la situación y resolverían los problemas».