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Hoy puede ser el gran día: Fidel puede recibir a Antich en cualquier momento. El comandante "nos ha dicho" tiene en su poder el horario de la visita del presidente de la Comunitat a Cuba; por lo tanto, a nada que vea que tiene un hueco o que han finalizado las actividades del día "pasarse de la mañana hasta el atardecer en Varadero viendo hoteles" le puede llamar para verle.

A lo largo de la mañana estuvimos en la entrega de medicamentos que Apotecaris Solidaris envió a Cuba y que la delegación balear transportó y entregó en el Instituto Cubano de la Amistad con los Pueblos. A continuación, nos desplazamos al Centro Cultural Español, en pleno Malecón, a fin de asistir a la inauguración de la exposición de la pintora cubana Amelia Peláez, quien, a finales de la década de los 20 pasó tres años en Mallorca, «y que se trajo a La Habana "señaló Antich en el acto de presentación" unos perfiles netamente mallorquines de la época pre-turística y que sin duda forman parte de nuestra identidad».

La exposición ha sido organizada por Sa Nostra en un bello palacete situado frente al Malecón y fue presentada por el embajador de España en La Habana, Eduardo Junco, y por Manuel Gistau, vicepresidente de Sa Nostra. Tras visionarse un documental sobre la citada pintora, se declaró abierta la exposición. Poco más o menos a esa hora, un Maradona bastante más mejorado y algo menos grueso asistía en el Instituto Nacional del Deporte a un encuentro entre niños y veteranos futbolistas cubanos, a los que regaló balones y firmó autógrafos, declarando, además, que «cuando yo hablo de dignidad, me refiero al pueblo cubano».