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Lo que en su día resultó una noticia, ahora se ha convertido en una monotonía, quizás en una moda, pero lo cierto es que vecinos y ciudadanos cada día se quejan más de las numerosas obras que se realizan a lo largo y ancho de Palma. Cuando no se trata de la acometida de agua, resulta ser un nuevo tendido eléctrico o una nueva línea de telefonía, o una tubería rota, o las obras del Pla Mirall; en fin, más ruido, polvo y montones de escombros que impiden estacionar vehículos o circular por la calle. Una de las zonas más perjudicadas estos días está resultando ser la de la plaza Serralta, calle Alós, Cima, Despuig, Femenies, etc., lugar donde, a diario, los coches «luchan» por un espacio para estacionar fuera de la zona de ORA. Trabajadores y vecinos cierran puertas y ventanas ante la avalancha de polvo y ruido en la calle. Lo peor es que toda la calle está patas arriba y tampoco hay obreros trabajando.