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Corrían los años aquellos en que los empresarios mallorquines empezaban a hacer malabarismos con los cuerpos ovoidales de nuestra gallina de oro en materia económica: la industria turística. Antonio Ferrer fue uno de los pioneros. Propietario desde el año 1954 de la «Bodega la Rambla» abrió, nueve años después la sala de fiestas, mítica ya, que llevaba el nombre de la película realizada en el mismo año por Julian Duvivier y protagonizada por George Sanders: «Jack el Negro».

La más significativa secuencia de esta película rodada en nuestra isla tuvo lugar en el conocido muro del Paseo Marítimo donde se ubican varias discotecas. Los molinos del Jonquet fueron concienzudamente captados por la cámara en una inquietante persecución. Uno de ellos era el que hoy les mostramos en nuestra «Imagen de ayer». El veintiuno de abril de 1957 Antonio Ferrer abrió las puertas de la sala de fiestas Tito's y, estallado el boom turístico de los sesenta, amenizó la noche desde «El Molino».

Mientras Marlene Dietrich o Ray Charles paseaban su voz y su divismo por el escenario de Tito's, algunas imitadoras de la Chelito se buscaban la pulga tras ser asediadas por los cantantes italianos que amenizaban las veladas en aquel local con sótano. Allí, oteando la iluminada bahía de Palma, Manuela Vargas y Merche Esmeralda echaban su fuego del cuerpo moviendo al aire sus batas de cola. A la mañana siguiente nada hacía presentir el jolgorio de la noche anterior.