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El fotógrafo quiso dejar constancia del encuentro entre el señor de Son Abrines y el periodista que firmaba sus trabajos bajo el seudónimo de Odín. Baltasar Porcel había acudido a una importante cita de la que surgiría una significativa entrevista con Miró que se publicó en la revista 'Serra d'Or', de la que era colaborador habitual. Las barreras de Son Abrines estaban abiertas como si le esperasen. Con su voz suave como el mármol, le dispensó una agradable acogida. La idea que cualquier persona puede tener de un genio estaba muy alejada en la mente de Porcel cuando contactó, como el gran entrevistador que es, con la zona más auténtica del ser humano que respondía a sus preguntas. De él dijo en su día el entrevistador: «Joan Miró es tan intuitivo como intencionado. Proviene del silencio y camina hacia el grito. Y su trípode de catalanidad "Mallorca, Barcelona, Tarragona" constituye una radical materialización de las variedades que aglutinan nuestra unidad». Y nos presentó al hombre y el mundo que le envolvía. Planas Montanyà agrandaba sus ojos tras el objetivo fotográfico. Estaba ante un hombre famoso en los cinco continentes cuya obra, realizada desde el tranquilo rincón en el que vivía, había sido proyectada por todo el mundo. Sería unos años más tarde cuando se convertiría en uno de sus más preciados fotógrafos y publicaría el libro «Joan Miró, i el seu món», en cuyas páginas se incluye una hermosa imagen de aquel día en que Odín y «el senyor de Son Abrines» mantuvieron contacto dialéctico para hacer texto escrito del suave verbo.