Los jóvenes dependen del viento y las fuertes olas para practicar su hobby favorito. Foto: JULIAN AGUIRRE.

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El viento favorece la práctica del 'body board' y surf sin vela. Puro equilibrio, ¿saben? Porque no es fácil mantenerse verticalmente sobre la tabla, encima de un mar encrespado, ni difícil ser volcado por el viento cuando vas pegado a ella, cuerpo a cuerpo. Sin embargo, ellos lo consiguen a costa de no pocos barrigazos. Casi a la una del mediodía de ayer descubrimos las cabecitas emergiendo entre la espuma blanca de las olas que rompían a cincuenta metros "o tal vez algunos menos" de la playa de Cala Major, a estas alturas del año completamente vacía de turistas.

Tanto los del 'body board' como los dos surfistas, lentamente, luchando con la fuerza del mar cada vez más encabritado, trataban de alejarse de la playa buscando el lugar idóneo para que la ola los arrastrará hacia ella, a los primeros sobre la tabla, o de rodillas sobre ella, a los segundos, de pie, siempre que lo lograran, lo cual no es fácil.

Todos visten con traje de goma negro, y calzan pies de pato llevando sujeta por una cinta o un cordel la tabla a su muñeca, lo que evita que la ola los separe.

A poco aparece por allí Xisco, con su tabla de surf. Hace dos años se inició haciendo 'body board' y desde hace uno practica el surf. Dice que va a intentar surfear "entendemos que «patinar» sobre las olas puesto de pie", «pero no va a ser fácil pues el mar no está muy bien».