De momento son 23, pero esta semana se ocuparán sus 50 plazas. Foto: PERE BOTA.

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Reformada en gran parte, Ca l'Ardiaca ha vuelto a abrir la verja de la entrada a la marginación pero, a diferencia del año anterior, sólo a carrilanos residentes y comunitarios; no a los africanos, ya que estos deberán llamar a las puertas de Cruz Roja y Hospital de Nit, que seguramente los ubicará en el Anselm Turmeda, San Bernat (Secar de la Real) o bien, instalarse por su cuenta y riesgo sobre la colina que emerge frente al cementerio, pero en la otra parte de la autopista, donde desde hace unos meses, tal y como anunciamos en un momento, existe un asentamiento de unos treinta que se cobijan por las noches bajo deslucidas y gastadas tiendas de campaña.

Gaspar Aguiló, uno de los responsables del centro de acogida, nos comentaba ayer que las obras "en números aproximados" han costado alrededor de los 7 millones y medio de pesetas y que éstas han tenido lugar en el porche, totalmente remozado, con columnas nuevas, escalera, donde se ha conservado su carácter mallorquín; sala comedor, que se ha ampliado notablemente a la vez que se han abierto ventanales en sus paredes; acristalamiento antirruidos en ventanas en general, así como colocación de nuevos marcos en las mismas, más ventanas en la cocina que, además, se ha embaldosado. Se ha construido una pequeña oficina en la que se instalarán los monitores y una consigna para dejar en ella los bultos y bolsas que traigan los sin techo. Y se han cambiando parte de los tejados hechos de caña por otros debidamente aislados.