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El triunfo del tesón, del trabajo, de la vocación tiene un nombre: Lamberto Cortés. Su trabajo periodístico ha sido encomiable. Ocupaba su puesto de combate en la trinchera de la infomación y era un incombustible del oficio que alternaba el periodismo radiofónico con la jefatura de programas. Era capaz de retransmitir con la misma agilidad un 'match' de boxeo o un congreso eucarístico. Su faceta de locutor deportivo y sus crónicas en periódicos locales y nacionales eran seguidas devotamente. Quizá por eso sea muy conocido el seudónimo «avespa» que a través de ese quehacer popularizó a Lamberto Cortés. El ínclito locutor de las ondas isleñas recibió la encomienda al Mérito Civil otorgada por Franco Bahamonde, la medalla de plata del Fomento de Turismo, el premio de honor de la Agrupación Española de Periodistas Deportivos y la de oro de la Unión de Periodistas Deportivos de España. Es innegable que «Avespa» dejó huella en la radio desde su asiento en el estadio "como en la foto que tomó Planas Montanyà en el campo de Les Corts de Barcelona retransmitiendo el partido Condal " Mallorca en marzo del 60" o desde la redacción pues en los años cuarenta, cuando el impacto de la radio era tan fuerte como el que hoy ejerce la televisión, una señora codeaba a otra al cruzarse con él en la calle y le decía «aquest es el radiador». Lo cuenta don Lamberto con una sonrisa en la que no cabe la melancolía.