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Día a día se puede observar cómo los castells se introducen en la sociedad isleña. La fuerza de esta tradición se encuentra en el esfuerzo del conjunto humano que forma cada colla, con un gran espíritu de superación y sacrificio.

Aquí, en Mallorca, tenemos las colles Al.lots de Llevant, de Manacor, y Els castellers de Mallorca, de Palma, ambas surgidas ya hace casi cuatro años. Su evolución ha sido constante a lo largo de su existencia, hasta llegar adonde se encuentran ahora, enfrentadas a la gama de castells de siete.

Para los que todavía no conocen mucho este mundo, se ha de decir que detrás de estos castells hay muchas horas de ensayo y una técnica muy precisa. La base del castell se encuentra en su pinya, imprescindible para llevar a buen término la construcción. A ésta, normalmente, se le resta importancia, pero en realidad es el puntal sobre el que se apoyará toda la estructura. Al contrario de lo que todo el mundo piensa, cada persona que se encuentra en la pinya tiene una función muy concreta y de gran importancia. Básicamente está formada por los baixos, que son los que aguantarán sobre las espaldas al resto del castell; las crosses, dos por cada bajo, que ayudan a soportar la estructura situándose bajo sus brazos; las agulles, situadas delante del bajo, para que las rodillas del segundo no se muevan; los contrafuertes, que cogen al bajo y a las crosses por detrás, manteniéndolos compactos y vigilando que el castillo no se desencuadre mientras suben los segundos; los primeras manos, que aguantan a los segundos por detrás; los laterales, que dan soporte a los segundos desde cada lado; y un largo etc. Es, por tanto, una formación compleja, pero necesitada de toda la ayuda que se le pueda dar por parte del público. Después encontramos el tronco del castell. Desde los bajos, pasando por los segundos, los tercios, cuartos, etc. "depende de la altura", hasta el pom de arriba "formado por la niños", formarán la estructura definitiva. Normalmente se denomina al castell según el número de gente que hay en cada piso, seguido del número de pisos que lo forma; así, por ejemplo, un tres de siete sería un castell en el cual habría siete pisos con tres personas en cada uno de ellos. Se ha de decir que el pom de arriba "dosos, acotxador y anxaneta" a la hora de hacer las cuentas es el equivalente a tres pisos.