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«Nuestro hijo es una víctima más del pésimo sistema judicial americano». Con estas palabras se expresaban ayer en Palma los padres de Joaquín Martínez, el español condenado a la silla eléctrica en el estado americano de Florida. Joaquín y Sara, los padres, se han trasladado por segunda vez a Balears en los tres años que llevan de lucha por conseguir un juicio justo a su hijo que demuestre su inocencia. Con ellos estuvo el diputado Manuel Jaen Palacios, quien desde un principio se sumó a su causa y que no duda en señalar en que el juicio que le condenó «está plagado de irregularidades».

El objetivo de esta visita es conseguir una vez más la solidaridad de los ciudadanos de las Islas. En este sentido, el padre de Joaquín pide a los mallorquines que por un lado envíen postales y cartas a su hijo para mantenerle la esperanza y, por otro lado, contribuyan económicamente. Y es que como señalaba el padre de este español, que el 2 de noviembre vivirá un día fundamental con la resolución de la apelación presentada, ha tenido que pagar investigadores privados y abogados con unos gastos superiores a los 16 millones. «Si el 2% de los españoles dieran cien pesetas tendríamos dinero suficiente», señalaba Joaquín Martínez. Entre las irregularidades expuestas por Jaen Palacios están declaraciones inculpatorias de presos que luego reconocieron que eran falsas y que las habían hecho para que les redujeran las penas o cambios continuos en la fecha de las dos muertes que se le han imputado a Joaquín.