Los «vermadors» Víctor Vicens y Gabriel March fueron los encargados de hacer manar el «most novell». FOTO: P.B.

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El pueblo de Binissalem puso ayer el broche final a unas Festes des Vermar que quedarán en la memoria popular por coincidir con la vendimia más abundante que se ha conocido en la comarca en los últimos años. La climatología fue benigna con los binissalamers y, a pesar de las amenazas de lluvia, el cielo se despejó para brindar un amplio sol a la hora de la ofrenda del most novell a la Mare de Déu de Robines, que por primera vez se llevaba a cabo por la mañana. Tal vez por el tiempo, o tal vez por el cambio de horario, la gente respondió como nunca y la Plaza de la Iglesia se llenó de vecinos y curiosos de otras localidades.

Mucho antes, a primera hora, fueron llegando las autoridades, que fueron recibidas frente al Consistorio por el alcalde, Salvador Cànoves. El presidente Francesc Antich encabezó la representación del Govern balear, entre los cuales encontraban los consellers Joan Mayol, Aina Salom y Joan Mesquida. Por parte del Consell Insular, no estuvo presente la presidenta, Maria Antònia Munar, pero sí otros consellers, como Cecili Buele o Francina Armengol. Catalina Cirer, delegada del Gobierno, tampoco se quiso perder la fiesta, así como algunos alcaldes de la comarca.

Las autoridades acompañaron a los vermadors a misa para después acomodarse en los exteriores del templo parroquial, donde se llevó a cabo el acto central, que se abrió con el concurso de racimos contando con una escasa participación. Margarita March se llevó el primer premio con una pieza que pesó 5'225 kilos. El segundo clasificado fue Ramón García, con un racimo de 4'5 kilos. El concurso local se declaró desierto al no presentarse nadie.

El momento más esperado tuvo lugar cuando los dos vermadors Víctor Vicens y Gabriel March, pisando la uva, consiguieron hacer brotar el most novell y fue ofrecido por las tres vermadores, Margalida Mateu, Maria Antònia Marquès i Maria Francisca Pol, a la Mare de Déu de Robines.

De cerrar la celebración se encargaron el grupo folclórico local Tall de Vermadors y la agrupación griega Menelais de Karditsa. Fueron estos últimos los que se llevaron una gran ovación al conseguir que las autoridades presentes se unieran al baile y danzaran con ellos.