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El número de inspectores de Consum es insuficiente para cubrir las necesidades y defender los intereses de los consumidores. Más allá de esta afirmación «subjetiva» del director general de Consum, Miguel Angel Cabeza, hay una realidad que no es otra que de una plantilla ya considerada escasa de diez inspectores en Mallorca (una plaza es de jefatura y otra está vacante), en pleno mes de agosto, por diversas razones (vacaciones y bajas), sólo hay operativos tres. En Menorca y Eivissa la situación es todavía más crítica ya que sólo se cuenta con un inspector y cuando estos están de vacaciones o de baja no hay inspector.

Cabeza no duda en afirmar que «las posibilidades de intervención son limitadas». Y es que, las tareas de los inspectores de Consum son varias y múltiples (especialmente en verano que aumenta la población) y entre ellas se encuentran desde controles sobre la calidad de productos concretos como las bebidas alcohólicas, las sobrasadas, gasolinas, cosméticos a la retirada de productos (salvavidas, punteros láser...) que puedan suponer un riesgo para el consumidor.

Ante esta situación la Direcció General de Consum procederá, a cubrir las plazas vacantes y ponerlas en servicio por que «lo que no puede ser es que «las pocas que hay no estén funcionando». Seguidamente se procederá «a evaluar la eficacia real de la inspección en relación a la población y al volumen de servicio en la Isla que es prácticamente todo porque en Balears fuera de lo que no es consumo queda poco».

Asimismo, se quiere «coordinar mejor» las diferentes inspecciones del Govern y con los municipios, que tienen competencias en materia de consumo de cara a racionalizar los recursos disponibles. En este sentido, el director general de Consum se reunió ayer con la concejala de Consum de Cort «de cara a iniciar conservaciones tendentes a coordinar mejor los diferentes servicios que estamos dando».