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El centro para personas con discapacidad psíquica de Son Tugores se parece a una pequeña urbanización de casas bajas y blancas, rodeada de césped verde. Se construyó a imagen y semejanza de los centros de los países escandinavos, donde la atención a personas con retraso mental severo se sitúa en la vanguardia.

En este sentido, Forteza explica que el centro está inmerso en una mejora de las habitaciones para que sean lo más parecidas a las de una casa. Además, Son Tugores intenta «socializar» lo más posible a los residentes, desterrando la caduca mentalidad de que a los enfermos mentales hay que tenerlos encerrados, al margen del resto de la sociedad. El centro ofrece los servicios de residencia, fin para el que fue creado, en el que atiende a 72 personas, y de centro de día, que funciona de nueve de la mañana a cinco de la tarde, para los residentes y 28 personas más que no viven en la residencia.

Este año, por primera vez en los ocho que lleva funcionando, Son Tugores ha abierto el centro de día en el mes de agosto, teniendo presente las demandas de los padres. En la actualidad, Son Tugores tiene una lista de espera de unas 50 personas y, del total de plazas, tiene concertadas 65 con el IBAS. Recientemente, el consorcio APROP que gestiona Son Tugores firmó un convenio con las Conselleries de Presidència y Sanitat dirigido a la «desinstitucionalización» de aquellas personas que padecen un retraso mental profundo y que se encuentran ingresadas en el Psiquiátrico, logrando que 20 de estas personas disfruten cada jornada del centro de día.