Los duques de Palma se disponen a subir al coche para trasladarse al Fortuna. Foto: CLICK.

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Se puede decir que el verano mallorquín, a falta de la llegada de los Reyes y de los duques de Lugo, con Froilán de Todos los Santos naturalmente, está a punto de inaugurarse, pero sí que ha comenzado, pues ayer llegaron el Príncipe de Asturias, don Felipe; su hermana, la infanta Cristina, y el esposo de ésta, Iñaki Urdangarín.

A poco de poner los pies en Marivent, se embarcaron en la Llamp. La infanta Cristina lucía una camisa y unos pantalones cortos que no podían disimular su avanzado estado de buena esperanza. El Príncipe e Iñaki, también de pantalón corto. Don Felipe llegó al puerto en una pequeña moto, mientras que los duques de Palma lo hacía en automóvil.

Parte del primer día lo dedicaron al baño. Lo hicieron en dos puntos: Cala Figuera y el Toro, permaneciendo allí hasta las tres de la tarde, que emprendieron el regreso a la base naval donde, aproximadamente a esa misma hora, botaban el Sirius, barco en el que probablemente hoy competirá el Príncipe en la regata Breitling, que tendrá como artista invitado a Antonio Banderas, que llegó ayer a Mallorca acompañado por su esposa Melanie, con quien se embarcará o estará en la salida del barco de su hermano. Y si a todo eso se suman al sarao los Miller "papá, mamá, hijas y nieta", que si no han regresado de Eivissa estarán a punto de hacerlo, pues para qué les cuento la que se puede organizar. Porque seguramente hoy o mañana pueden aparecer Alexia de Grecia y su esposo, Carlos, en luna de miel todavía, y si me apuran hasta el mismísimo Àlvaro de Marichalar con la jay de turno que seguramente cambiará a la semana.