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La publicación de la oferta concreta que el Partido Popular ha presentado a Unió Mallorquina, que en definitiva supone la equiparación de Balears con las autonomías históricas, ha tenido un gran impacto en la opinión pública mallorquina. Balears ha tenido al alcance de su mano, por primera vez en su historia, la oportunidad de alcanzar un grado de autonomía muchas veces reclamado y jamás alcanzado. Ha constituido una gran sorpresa y una gran decepción. No ha podido ser. UM, que tiene en su poder la llave de la gobernabilidad, ha rechazado de plano todas las ventajas ofrecidas por el PP. UM dejó ayer clara su postura de apoyo al candidato socialista, siempre a cambio de que UM consiga el Consell, y se limitó a decir que la oferta del PP era la mejor pero que no se fiaba. Frente a unas propuestas que, al margen de colores políticos, son ciertamente muy satisfactorias para Balears y difícilmente mejorables, se ha preferido desalojar del poder al PP. Y hacerle pagar así por sus afrentas del pasado. Habrá que ver lo que nos depara el tiempo, pero para la Historia quedará anotado ese día en que se desaprovechó una gran oportunidad. No hay que engañarse. Las direcciones nacionales del PSOE y el PP nunca han hecho gala de excesivos entusiasmos por la auténtica consolidación del Estado de las Autonomías. Todo lo contrario. Las distintas comunidades han ido arrancando competencias con gran esfuerzo. En la actual situación de debilidad del PP en Balears, el partido conservador estaba dispuesto a dar un gran paso. Se puede criticar con razón al PP por no haberlo dado antes y no se puede ocultar que lo hace en un intento para no perder el gobierno de esta Comunidad, pero las circunstancias políticas son como son y éste era el momento de aprovecharse. Insistimos: UM no ha querido. Extrañamente, lo mejor para Balears no es lo mejor para Munar y sus consejeros. Los ciudadanos deberán tomar buena nota de ello.