Tras circular por el centro de Palma, quedaron retenidos en la calle Jesús por efectivos policiales. Foto: TERESA AYUGA.

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Medio centenar de camiones volquete, los que transportan los contenedores con los escombros de las obras de construcción, tomaron ayer las principales calles del centro de Palma. Los transportistas se manifestaban para exigir que las administraciones decidan de una vez por todas la ubicación de un vertedero definitivo y legal en el que depositar este material de desecho de las obras.

Durante más de una hora, el medio centenar de camiones recorrió las principales calles del centro de Palma, lo que provocó atascos, hecho que obligó a intervenir a dotaciones de la Policía Nacional y de la Policía Local. A partir de las seis de la tarde, los transportistas quedaron retenidos por los efectivos policiales en el Camí de Jesús. Prácticamente a la misma hora comenzaba el dispositivo especial montado por la Policía Local para dejar paso libre a la antorcha de la Universiada, por lo que los transportistas estuvieron retenidos durante casi dos horas.

Con esta medida de presión, los transportistas pretenden dar a conocer su problema. En estos momentos, no existe un vertedero legal donde depositar los escombros de las obras. Para no seguir volcando los escombros de manera «alegal», los transportistas de contenedores llevan ya una semana sin recoger los contenedores de las calles de Palma y de algunos municipios de la Part Forana.

El presidente de la Asociación de Transportistas de Contenedores, Joan Sastre, explicó antes de la movilización que los asociados consideran que la mejor solución provisional es que EMAYA reabra durante una temporada el vertedero especial de de Son Reus para que puedan depositarse allí los escombros. Esta fue la solución sugerida por el conseller de Medi Ambient, Miquel Ramis, Miquel Ramis, en una reunión mantenida un día antes con los transportistas. Sin embargo, el vertedero de Son Reus seguía ayer cerrado.

Los transportistas de contenedores reconocen que la reapertura de Son Reus sólo puede ser una solución temporal y emplazaron a las administraciones a que, de una vez por todas, encuentren un lugar definitivo donde depositar los escombros.

Joan Sastre explicó que éste es un problema que se arrastra desde hace años, hasta el punto de que los escombros se han vertido durante muchos años en las canteras de ses Cadenes, aunque de manera «alegal». Sastre añadió que el problema es muy serio, por lo que las soluciones también son incómodas para cualquier administración.