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Una quincena de agentes de la Guardia Civil controlaron ayer las salidas de pasajeros de parte de los diez cruceros de lujo atracados en el puerto de Palma. Los agentes controlaron el movimiento de los cruceros procedentes del norte de Àfrica para evitar la posible entrada de comida en tierra. La operación tiene por objeto evitar el posible contagio de fiebre aftosa, un enfermedad que afecta al ganado y que ha sido detectada en algunos países del norte de Àfrica.

Fuentes del cuerpo aseguraron que los agentes, que actuaron ayudados por perros adiestrados, intervinieron 20 kilos de comida procedente de Marruecos que transportaban algunos pasajeros. Los agentes tampoco permitieron que se bajara la basura del barco, dado que esta fiebre se contagia a través de estos residuos, además de la comida.