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El campo de aprendizaje de Palmer, en la localidad de Campos, acoge a 28 niños procedentes de tres centros escolares de Ciutadella. Durante los 6 días de convivencia realizan diferentes actividades en un medio natural específico.

Para aprovechar las instalaciones de los cinco campos que existen en las Illes Balears "Palma, Cala Sant Vicenç, Ciutadella, Bunyola y Campos" la Conselleria d'Educació, Cultura i Esports, junto con los ayuntamientos respectivos, han puesto en marcha la experiencia piloto de llevar a término unos intercambios entre escolares de las diferentes Islas.

El campo de aprendizaje de Palmer cuenta con una cocina y comedor de 50 plazas, una amplia sala de juegos, y un patio exterior donde se realizan algunas actividades. Los niños pernoctan en dos grandes dormitorios con literas "uno para los chicos y otro para las chicas". «Podrían estar juntos, pero los hemos separado porque hay 19 chicas y 11 chicos. Es una gran mayoría de chicas, y es un abuso para los chicos», apunta el director de Coordinación de Actividades, Domingo Morcillo.

Dos cocineras se encargan del servicio de comedor. «Intentamos quitarles el máximo trabajo posible. Los chavales les ayudan, "apunta el director" montamos y quitamos las mesas y fregamos lo que hemos ensuciado». La primera salida que se hace se llama «Descubre el entorno». Se les enseña las inmediaciones del campo de aprendizaje donde hay cabras y pueden ver la cría de avestruces.

Todos los días realizan talleres de todo tipo: desde teñir camisetas, hacer juegos manuales y de mesa, o teatro de marionetas de sombras chinas. Además hacen excursiones, como la de hoy al centro histórico de Palma con una recepción en Cort. Pero las fiestas nocturnas es lo que más gusta a los niños. «Nos divierte el show de las noches, porque hacemos teatro, juegos y muchas cosas divertidas», explica Vanessa Moll.

Muchos de los niños no habían estado nunca en Mallorca y tampoco habían viajado en barco. Lo que más les llamó la atención de Mallorca es el paisaje. «Es muy bonito. Hay muchas montañas y es muy verde», añade Lluna Serra.