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Murió el Tío Kiko, el último patriarca gitano, a la edad de 73 años. Poco antes de irse de este mundo, en el lecho, pidió a sus hijos que eligieran a su sucesor de forma democrática, sin que hubiera peleas ni altercados, pues les manifestó que lo único que quería es lo mejor para su gente.

Hasta no hace mucho, al Tío Kiko te lo solías encontrar allá donde el colectivo gitano tuviera algún problema, dando siempre la cara por ellos, o bien cuando había necesidad de buscarles un trabajo. Era un excelente negociador. Y a nada que se le torciera el renglón, echaba mano de su labia "paciencia" para convencer, pues jamás cedía y más cuando creía que tenía razón.

El entierro tendrá lugar esta mañana, en Bon Sosec. Allí le despidirán los suyos, los familiares más directos "que no son pocos, pues al Tío Kiko, Consuelo le hizo padre por 11 veces, lo que con los años se tradujo, entre nietos y biznietos, a 72 descendientes", además de amigos y conocidos. Tras el funeral, los restos del patriarca se reunirán con los de Consuelo en el panteón que ésta ocupa ahora hace once meses.

Descanse en paz.