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La austeridad que presidirá algunas mesas tradicionales la época de Cuaresma contrasta con las fiestas del carnaval, en las que aumenta el ritmo de diversión y buen comer. Después vendrá el ayuno y la abstinencia que nos marca el tiempo de Cuaresma, cuyos orígenes, según el escritor Miquel Ferrá i Martorell, apuntan a reminiscencias bíblicas. «En el cristianismo una de las causas, podría ser la de perpetuar de alguna forma las medidas sanitarias señaladas en la Biblia, y otra, imponer un tiempo de disciplina o ayuno previa a la Semana Santa».

La gastronomía isleña nos depara dos especialidades, una dulce y conocida, la ensaimada de tallades, y otra casi en vías de extinción, la greixonera de carnaval o de carassa.

La ensaimada mallorquina, en esta época, se denomina de tallades, pues incorpora sobrasada y calabazate. Con bastante antelación la vienen elaborando numerosas pastelerías de Palma, aunque el día que obtiene mayor demanda y consumo es el dijous llarder, el jueves anterior al miércoles de ceniza. Los precios de este producto se mantienen, según tamaño, pudiéndolas adquirir entre las 750 y las 1500 pesetas.

Francisco Sánchez del Moral, segundo chef del hotel Arabella, revivió para los lectores de Ultima Hora la greixonera, consiguiendo un excelente resultado. Los ingredientes para 4 personas son 2 manos de cerdo, 500 gramos de galta i orella de cerdo, 4 huevos grandes, una taza de leche, un poco de hierbabuena, un poco de hinojo, un puñadito de piñones, sal, pimienta negra, un poco de moscada, galleta picada y manteca para untar. El día anterior salar las carnes. Cocerlas en agua junto a la hierbabuena e hinojo. Colar y cortar en pequeños trozos y mezclar con los huevos y piñones. Salpimentar y especiar. Enmantecar una greixonera y verter el conjunto. Echar pequeños trozos de sobrasada por encima, espolvorear con galleta picada y hornear.