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«Necesitamos más unión para luchar por nuestras necesidades».
Antonio Seguí, presidente de la Asociación de Vecinos del Coll d'en Rebassa, Catalina Aloy, vicepresidenta, y Esteban Ruiz, tesorero, nos cuentan todos los pormenores de la barriada. Dicen que aquí se pueden encontrar los mismos problemas que en una ciudad. El Coll d'en Rebassa es un barrio rodeado no sólo de accidentes naturales, sino de fábricas, zonas de servicios, la autopista, la central térmica, grandes superficies comerciales, Mercapalma, la depuradora y el aeropuerto. «Tenemos de todo y desde luego no queremos más. Pero a pesar de lo malo nuestro barrio es un buen sitio para vivir».

· Más colaboración y menos críticas
Situado en la calle Cardenal Rossell, nadie adivinaría que el Coll se encuentra tan cerca del mar. Su Asociación de Vecinos comenzó en 1974, pero no fue hasta el 89 cuando se formó tal y como es hoy.

«Nuestra primera demanda es conseguir que nos arreglen el socavón de la calle Cardenal Rossell, para evitar las inundaciones cuando llueve. Hace cuatro años que lo denunciamos y siempre contestan que es competencia de la empresa que se encarga de las obras. El señor Rodríguez dice que no pueden pagar dos veces lo mismo y estamos de acuerdo, pero sí que deberían ser ellos los responsable de supervisar los trabajos que relizan sus empresas concesionarias y pedirles cuentas si no lo han hecho bien. El Ajuntament siempre está diciendo que quiere tener vía directa con las asociaciones, pero cuando planteamos algo, no nos escuchan».

Dos temas preocupan a la barriada con respecto al aeropuerto de Palma: la contaminación acústica, que es cada vez mayor, y la puesta en marcha de la tercera pista. Dice la AAVV que en el último consejo de área se habló de poner en marcha una barrera de sonido vegetal, pero al parecer no tendrá efecto hasta dentro de cuatro años aproximadamente.

Dos asociaciones de vecinos en la barriada
En el Coll funcionan dos asociaciones vecinales: la de la Federación y la de la FEPAE. El resultado es conflictivo, porque en vez de unir a los vecinos los separa y en ocasiones confunde. «Esto parece Villarriba y Villabajo. La relación que tenemos es muy escasa, aunque en ocasiones les hemos invitado a nuestras reuniones, para tratar problemas tan importantes como los de GESA "nos comentan los de la Asociación de la Federación". La primera vez acudieron a la reunión, pero cuando hemos seguido con las reivindicaciones no han vuelto más. Ellos nunca nos han llamado para solucionar nada, e independientemente de lo que hagamos, toman sus propias decisiones. Algunos vecinos de las casas nuevas se han borrado de nuestra asociación para evitar problemas».