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Los animales de experimentación y su utilización correcta en las tareas de laboratorio es el punto central de dos proyectos de investigación que desarrolla el Grup d'Estudi de la Fisiologia Digestiva i de la Nutrició de la Universitat de les Illes Balears, que tienen como finalidad la formación de postgraduados en el uso, manejo y protección de los animales de experimentación. «En definitiva, se trata de aplicar criterios éticos a la experimentación», afirma Josep Antoni Tur, coordinador de los proyectos.

«En el proyecto Alfebea, financiado por la Unión Europea, enseñamos a los investigadores cómo tratar a los animales, tanto desde el punto de vista ético como práctico, porque un animal que no recibe un buen trato en el laboratorio no da un resultado óptimo, por tanto es un sacrificio y un gasto económico y de tiempo inútiles», añade Tur.

El otro proyecto, denominado de Redes Temáticas de Docencia en Experimentación Animal, está financiado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de la Agencia Española de Cooperación y su finalidad es la organización de cursos durante tres años simultáneamente en España y en Latinoamérica. «La próxima semana damos un curso en Brasil y en marzo en Granada y el año que viene lo haremos en Ciudad de México y en Palma», explica el profesor del Departamento de Biología Ambiental y Ciencias de la Salud de la UIB.

Preguntado por los criterios éticos que deben tenerse en cuenta en la experimentación animal, Josep Antoni Tur afirma: «Son los que llamamos las tres r: reducción, siempre que sea posible hay que tender a utilizar el menor número de animales con el que se obtengan el máximo beneficio; refinamiento, causarles el menor dolor, ansiedad y sufrimiento posible, y reemplazo, cada vez hay que tender a sustituir a los animales por otra alternativa tecnológica, es decir, cultivos celulares, tejidos, métodos in-vitro, módulos computacionales».

Josep A. Tur niega rotundamente que pueda llegar el día en que estos métodos sustituyan de forma definitiva el uso de animales en experimentación. «Es más, la Ley del Medicamento española exige, antes de lanzar un medicamento al mercado, experimentar en tres especies animales diferentes, por lo que nunca será posible evitar la investigación con animales».

Sobre el nivel de España en la experimentación animal, Tur dice que es aceptable, «aunque quizás la preocupación en el manejo de los animales no es suficiente».

Palma, sede de un congreso en mayo
El profesor Josep Antoni Tur afirma que la Sociedad Española para las Ciencias del Animal de Laboratorio (SECAL) es una de las más activas de la Unión Europea, a niveles parecidos a la de los Países Escandinavos o Reino Unido, y está altamente considerada por la Administración. Fruto de esta actividad, Palma será sede en mayo de un congreso internacional sobre este tema, en el que paticiparán expertos de todo el mundo, como el Premio Nobel australiano P. Dogherty, el colombiano M. Patarroyo, el filósofo estadounidense R. Frey, el inglés D. White (del grupo de investigadores que clonó a la oveja Dolly) o el holandés Van Zutphen.

Josep Antoni Tur lleva a cabo también otros proyecto, en los que aplica los criterios de la experimentación animal, como es el caso de la «Influencia del componente graso de la dieta sobre la absorción intestinal del ácido oleico», donde trabaja con ratas a las que alimenta, a unas con grasa saturada y otras con grasa poliinsaturada, para conocer su reacción.