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Los principales partidos de la oposición no podían ocultar ayer cierta sorpresa al conocer las primeras informaciones periodísticas sobre el contenido de las directrices de ordenación del territorio. La cúpula socialista mantuvo un encuentro por la tarde para analizar en parte el anuncio realizado por el president. Pese a que todos los partidos se mostraron prudentes hasta conocer con detalle el contenido del proyecto de ley, el president de la Comissió Insular d'Urbanisme se vio obligado a reconocer ante el anuncio de Matas que se observan «algunos signos positivos».

El dirigente socialista señaló que algunas de las cuestiones que reclamaba su partido han quedado recogidas y opinó que el contenido del proyecto de ley pone en evidencia «que Matas está viniendo a las nuestras».

También se mostró cauteloso el portavoz de los nacionalistas en el Parlament, Pere Sampol. El nacionalista señaló que prefería esperar a conocer el texto para poder opinar. Más escéptico se mostró Sampol sobre la oferta de consenso lanzada por el president. «Cuando el Consell suspendió las 77 urbanizaciones "recordó Sampol" los ataques a la institución no vinieron del cañellismo, sino de Matas, que nos acusó de confiscar propiedades».

La presidenta de UM, Maria Antònia Munar, no ocultó sus profundas dudas en torno al proyecto y afirmó que el PP ha tenido 16 años para presentar el mismo, sin que hasta ahora lo haya hecho. «A cuatro meses de las elecciones, saben que es imposible que lo puedan aprobar, por lo que pueden salir abortadas antes de nacer». Sobre la oferta de consenso, Munar opinó que quizá sería más razonable que el PP intentara consensuar las directrices con Unió Mallorquina.