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El delegado de la Agencia Tributaria en Balears, Antoni Miralles, confirmó que el importe de las actas levantadas por Hacienda a lo largo de 1998 había ascendido a 9.238 millones de pesetas, 1.291 millones más que en 1997. El número de contribuyentes inspeccionados en Balears fue de 1.861, y el fisco recaudó 5.046 millones en diversas actuaciones seguidas contra el delito fiscal y minoración de devoluciones, entre otras cuestiones. En 1997, esa cantidad fue de 2.452 millones.

Por tanto, el fraude fiscal en el ejercicio de 1998 descubierto por los funcionarios de la Agencia Tributaria creció con respecto a 1997, circunstancia que Miralles atribuye «al celo con el que actúan nuestros inspectores».

Añadió que la Agencia Tributaria está realizando inspecciones en los sectores más proclives al fraude fiscal en las Islas, entre ellos, la actividad inmobiliaria.

Hacienda, el pasado año, también controló el sector de vehículos de alquiler en Mallorca, al detectarse actuaciones de empresas alemanas en el sector. Miralles también opinó sobre el nuevo IRPF, que entró en vigor el pasado uno de enero de 1999. Entre otras novedades, el impuesto exonera de la obligación de declarar a los asalariados cuya nómina no supere la cantidad de 1.200.000 pesetas (1.250.000 en las declaraciones conjuntas). El delegado de la Agencia Tributaria dijo que, según sus previsiones, la medida afectará en las Islas a más de 100.000 contribuyentes.