TW
0

La responsable de residuos del Consell Insular de Mallorca, Mercè Amer, se reunirá a mediados de la semana que viene con la presidenta de EMAYA, Maria Crespo, para tratar de solucionar de una vez por todas el problema de la cesión de los terrenos en Son Reus.

La voluntad de Mercè Amer es tratar de desbloquear la situación actual: el Consell no tiene terrenos definidos para poder presentar los proyectos concretos de planta de selección de basuras y planta de compostaje de residuos.

Los cálculos realizados por la institución insular apuntan a la necesidad de un total de 127.000 metros cuadrados de terrenos donde construir estas dos instalaciones. En principio, no tendría que haber problemas para la cesión de los terrenos al Consell. De hecho, el alcalde de Palma, Joan Fageda, y la presidenta de la institución insular, Maria Antònia Munar, llegaron a un principio de acuerdo al respecto en agosto del año pasado.

Sin embargo, desde esa fecha ha sido imposible que ambas instituciones se pongan de acuerdo. Desde agosto, han sido reiterados los intentos del Consell por tratar que el Ajuntament de Palma ceda los terrenos en los que construir la planta. La institución insular tiene incluso preparado el borrador de convenio por el que se determinará el precio de alquiler de los terrenos necesarios.

Necesidad de más terrenos
La propuesta que ha presentado la organización Greenpeace al Consell Insular como alternativa a la incineración implicará, con toda seguridad, la necesidad de disponer más terrenos de esos 127.000 metros cuadrados que ahora se están negociando. La propuesta de la organización ecologista contempla la construcción de una red de desechos, cuatro plantas de selección, dos plantas de compostaje, dos plantas de metanización y dos depósitos controlados en los que dejar los rechazos de basuras.

En el documento que la organización Greenpeace entregó el pasado jueves a los representantes del Consell se asegura además que la ratio de puestos de trabajo creada en una gestión que contemple el reciclaje es de tres a uno con respecto a un sistema de incineración.