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Hiroyuki Kimoto fue rehén de los terroristas peruanos
Anteanoche estuve cenando en el Shogun. Los anfitriones eran japoneses "uno, el cónsul general del Japón en Barcelona, señor Kimoto; otro, el cónsul Ishikawa"; por tanto, era obligado cenar comida japonesa y en ambiente japonés. Alrededor suyo se sentaron Fernando Jiménez, Joan Bauçá, el pintor Onofre Prohens, Celia Velasco, de Pri&Ve, el propietario del restaurante, Sato, y quien suscribe. El señor Kimoto quiso agradecer la colaboración que tuvieron con motivo de la celebración del último festival japonés celebrado en Palma, hace unas semanas. Y, bueno, puesto que la Universiada está a la vuelta de la esquina, y habiendo sido Japón quien entregó el testigo de la misma a Palma, hablamos de la Universiada. En principio, claro, porque luego hablamos de otras cosas.