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El Ca de Bou mallorquín «no es un perro especialmente peligroso», manifestó ayer el presidente de la Sociedad Canina Balear Francisco Ruiz tras las promulgación, en Polonia, de medidas restrictivas respecto a la tenencia de estos y otros perros de raza singularmente agresiva.

Ruiz, calificó de «oportunas» las normas dictadas en Polonia, y las atribuyó al número de víctimas que causan entre la población debido al adiestramiento, para el ataque y la defensa personal, que realizan sus propietarios en los países del Este debido a los problemas de seguridad que padecen y a la proliferación de peleas clandestinas.

Para el presidente de la Sociedad Canina de Baleares, que fue quien recuperó el Ca de Bou en la década de los ochenta mediante cruce de Bulldog inglés y Ca de Bestiar, «los propietarios de perros no saben lo que tienen entre manos» y con un mal adiestramiento «pueden llegar a provocar la locura del animal y convertirlo en muy agresivo». Adiestrar para el ataque a un animal, sea cual sea su raza, «es convertirlo en un arma letal», aseguró Ruiz, quien situó al Ca de Bou entre las diez razas controladas por su potencial agresividad.

El Ministerio de Interior y Administración de Polonia dictó una resolución por la que los perros de presa canarios y mallorquín (Ca de Bou), al igual que otras ocho razas de perros consideradas feroces, podrán tenerse sólo en el país con licencia.