La Plaça de Cort se llenó con las campanadas. Se descorchó cava y comenzó la fiesta. Foto: J. Morey.

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El nuevo año comenzó con una vistosa lluvia de fuegos artificiales y de petardos. Durante más de media hora vecinos de casi todas las barriadas de Palma celebraron la llegada del nuevo año lanzando cohetes, que fueron especialmente vistosos en Son Gotleu, Son Coc y La Soledat.

La llegada de 1999 hizo que la gente saliera en masa a disfrutar de la Nochevieja. Hasta la Plaça de Cort se acercó numeroso público "casi todos turistas", que después «invadieron» las discotecas y, fundamentalmente el Passeig Marítim. No faltó de nada: música, vestidos largos negros para ellas, smokings para ellos, muchas copas de cava y un recién inaugurado servicio de la Empresa municipal de Transportes que recorrió lleno el Marítim.

Fue allí donde Joan Fageda estrenó el nuevo año (concretamente en el Palas Atenea), más de doscientas personas hicieron cola para poder entrar "pasadas las 3.00 horas" en Pachá, y donde decenas de jóvenes suspiraron por poder entrar en Tito's, inaccesible a los periodistas.

Los fieles noctámbulos abandonaron un poco sa Llonja y dirigieron su desenfreno hacia las fiestas privadas "elegantes y divertidas, como la celebrada en el Gold Star de Cala Major, que repitió el éxito del año pasado", y los locales de moda de sa Llonja y el Passeig Marítim. El Moll Vell atrajo a los amantes de las fiestas al aire libre con botellas traídas de casa y discotecas como Asai se llenaron a partir de las 5.30 horas, cerrando la noche y dejando paso al tradicional chocolate con ensaimada en los locales de la Plaça d'Espanya. BCM encandiló a sus fieles con los mejores disjockeys que han pasado a lo largo por el «monstruo» coloso de la noche, con dos performances, chicas de cañón que movían sus pronunciadas curvas anatómicas a la velocidad del sonido y chicos de cuerpos envidiables.

Las Avenidas de Palma se convirtieron durante más de ocho horas en un auténtico trajín de vehículos. La fiesta terminó pasadas las 8.30 horas con una espectacular granizada.