Muchos fueron los que se acercaron ayer a jugar con la nieve. Foto: PERE BOTA.

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P.P. Si mal no recordamos, hacía bastantes años que en Mallorca no teníamos una blanca Navidad. Ayer, las cumbres más altas de la isla amaneciron nevadas. No mucho, pero nevadas al fin y al cabo, lo que supuso un descenso notable de las temperaturas que se fue sintiendo más a medida que avanzaban las horas. Incluso a medio día, a pesar de que el sol trataba de colar sus rayos por entre las nubes, sobre Palma cayó agua nieve que terminó de enfríar el ambiente.