Los técnicos no consiguieron reparar la tubería hasta última hora de la tarde. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL.

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El abastecimiento de agua en varias zonas de Palma y Calvià fue cortado o reducido al máximo, según la zona, desde la madrugada de ayer hasta última hora de la tarde. La arteria de Ponent, enterrada a unos cinco metros de profundidad en una ladera contigua a la rotonda de la autopista de Génova, cerca del cementerio y del campo de fútbol, reventó, posiblemente a causa de un corrimiento de tierras. La presidenta de la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado (EMAYA), María Crespo, que al mediodía se acercó al lugar de los hechos, dijo que «fue un reventón fortuito y, afortunadamente, no se perdió mucha agua (en las tuberías circulan entre 260 y 280 litros de agua por segundo) debido a que detectamos rápidamente la disminución de la presión del caudal», explicó.

El reventón se registró en la arteria de Ponent, y la gran cantidad de agua que salió en un primer momento, unido al hecho de que la calle se encuentra en pendiente, afectó a varios coches estacionados en la zona, que, de cualquier modo, no han sufrido graves desperfectos, según confirmaron fuentes de la policía de Palma. El abastecimiento del líquido elemento fue cortado de inmediato en zonas como Génova, Cala Major, Illetes o Sant Agustí, en Palma, y en varios puntos de Calvià, a la espera de que las brigadas finalizaran las tareas de reparación de la avería, trabajos que se prolongaron hasta entrada la noche.

Dos grúas, dos camiones, técnicos e ingenieros trabajaron desde primeras horas de la mañana de ayer para sustituir el tubo dañado. El ingeniero jefe de EMAYA, Ramiro Fernández, también atribuyó el reventón de la tubería al corrimiento de las tierras y la presión que ello conlleva.

La avería redujo a cero la presión del caudal de agua en toda la zona afectada
La avería de una tubería como la registrada ayer en Génova no ocurría en la zona desde hace dos años, según recordó el director del área de redes de EMAYA, Salvador García Ruiz, que dirigió ayer las labores de reparación. El último incidente grave se registró en el CIR-14, en 1996, cuando el reventón de uno de los conductos dejó sin agua a miles de vecinos de Palma y Calvià. Cuando revienta una tubería «la presión del caudal del agua baja de forma considerable, en algunos casos a cero, por lo que los usuarios son los primeros en percatarse de que algo no funciona», explicó un técnico. El tramo de tubería dañado debe ser sustituido de inmediato, aunque ayer, los especialistas también comprobaron que no existiese el riesgo de otro reventón en otras conducciones. Las tareas para solucionar la avería se prolongaron a lo largo de todo el día de ayer.