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Seis mil seiscientas ochenta y cinco personas "el censo de ayer mismo" de entre 9 y 73 años forman el cuerpo de Voluntaris'99 que serán algunos de los artífices de una correcta celebración de la Universiada Palma'99. Son los auténticos deportistas, los que sin interés crematístico tendrán la misión de que todo funcione. Donde no llega el dinero, como dice uno de sus mandamientos, allí está el voluntario. Y al frente de ellos una voluntaria más, quizás la número uno, de las que sienten su filosofía: la psicóloga Marga Massot.

Aunque la edad del voluntario debe ser superior a los 16 años, el 2 de junio del 1999 un grupo de pequeños tendrá una definida participación en algunos actos. El resto se divide por edades muy dispares, correspondiendo al grupo comprendido entre los 17 y los 20 años el 36 por ciento. Otro gran porcentaje lo integran las personas que tienen entre los 21 y 40 años. Hay un gran número de jubilados, siendo la voluntaria de mayor edad la abuela Àgueda Alemany, que a sus 73 años está inscrita con el número 381.

Las tareas de los voluntarios son múltiples. Desde ocupaciones estrictamente deportivas, tales como hacer de controladores o administrativos, hasta humanas, como ayudas a necesitados, pasando por asistencias a las delegaciones o relaciones públicas.