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Ayer hizo 41 años que el por entonces sargento Moncadas Pujol recibió la medalla militar individual por la defensa de Tzelata, distinción que comparte actualmente con un segundo mallorquín: Gabriel Verd. Moncadas asumió el mando de la tropa tras la muerte en combate del teniente Ortiz de Zárate. «Entre otras cosas, en aquellos pocos días supe lo que era la soledad del mando. Rodeado de enemigos tuve que decidir muchas cosas. Solo. Pensando que si me equivocaba, ellos y yo lo pagaríamos con la vida.»

Hoy Juan Moncadas está retirado. Vive tranquilo. Con la condecoración guardada en algún lugar de su casa, de donde la saca y nos la muestra. «Se la dejaré en herencia a mi hijo», dice orgulloso. Porque puede estarlo, ¿saben? Su hijo es comandante, ostenta la misma graduación con la que él, hace unos años, se retiró. «Aunque "señala" yo no influí para nada. Si es lo que es, es porque quiso serlo».

Juan Moncadas nació en Muro. Entró voluntario en Automóviles, pasó a la academia de suboficiales y se hizo infante y, una vez sargento, se hizo paracaidista. «¿Que por qué tantos cambios? Porque cuando entré en la mili no sabía cómo se podía ser paracaidista; lo fui descubriendo poco a poco».