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«No queremos luchar. No queremos recuperar el Tíbet utilizando la violencia y derramando sangre. La solución se encuentra en la negociación». De esta forma describía Thubten Wangchen, presidente de la Casa del Tíbet en Barcelona, cuál es la postura de los tibetanos frente a la ocupación que sufre su país por parte de China desde hace 40 años.

Wangchen, que está realizando una campaña de conferencias por toda España con motivo del 50 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, estuvo ayer en Palma invitado por la plataforma «Nosotros x ti» y por el Parlament balear.

El representante tibetano relató las continuas violaciones de los derechos humanos que sufren los 6 millones de tibetanos que viven en un territorio tres veces más grande que España. Estos abusos por parte de las autoridades chinas incluyen, según afirmó, el asesinato de más de un millón de personas, la ocupación permanente y la violación y esterilización de las mujeres.

La represión de las autoridades chinas, que prohíben incluso la enseñanza del tibetano en las escuelas, ha provocado un éxodo masivo hasta tal punto que, actualmente, hay más de 130.000 exiliados políticos encabezados por el Dalai Lama.

La figura del premio Nobel de la Paz es, según Wangchen, clave para conseguir la independencia, ya que ha conseguido numerosos apoyos a nivel internacional para su pacífica causa.