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La ola de frío y las intensas lluvias registradas sobre la capital balear en los pasados días no han pasado desapercibidas para los turistas. Los empresarios que mantienen sus hoteles abiertos confirmaron ayer que la ocupación de las plazas «es más floja» que en otros años debido a las inclemencias del tiempo, aunque con salvedades, según explicó el presidente de la Federación Hotelera de Cala Major, Francisco García Carbonell. «En nuestra zona hay unas 2.000 plazas operativas en estos días, y los hoteles, como el mío, donde no trabajamos con el Imserso, la ocupación es inferior al 50 por ciento. Ahora bien, admito que hay excepciones en hoteles como el Nixe y el Uto, dos cuatro estrellas de calidad, donde se nutren de otro tipo de clientela y que pueden tener una mejor ocupación», señaló.