Fuego en una instalación petrolífera. | Reuters

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La viceprimera ministra ucraniana Olga Stefanishina defendió este viernes los recientes ataques ucranianos con drones contra refinerías de petróleo dentro de Rusia, después de que fuentes de Kiev filtraran al «Wall Street Journal» que EE.UU. había pedido a Ucrania que pusiera fin a esas operaciones. «Entendemos los llamamientos de nuestros socios estadounidenses. Al mismo tiempo, luchamos con los medios, los recursos y las posibilidades que tenemos», dijo la vicepresidenta para Integración Europea y Euroatlántica de Ucrania, citada por la publicación de Kiev Ukrainska Pravda.

Fuentes de los servicios secretos militares y civiles de Ucrania han afirmado a la publicación estadounidense que la administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, ha pedido a Ucrania que no siga atacando refinerías dentro de la Federación Rusa por miedo a las represalias de Moscú y a un posible incremento de los precios del petróleo a nivel global.

Los servicios secretos ucranianos y el Ejército han atacado en lo que va de año una quincena de refinerías de petróleo rusas para dificultar los suministros de combustible al frente e intentar reducir los ingresos que Rusia recibe por las exportaciones de este producto. Ucrania busca compensar su inferioridad en personal, artillería y otros tipos de material militar con audaces ataques con drones para reducir las capacidades de la maquinaria de guerra rusa.

En concreto, Estados Unidos habría instado a Ucrania a detener los ataques a la infraestructura energética de Rusia, advirtiendo que estas acciones amenazan con hacer subir los precios mundiales de esta importante materia prima y provocar represalias. Las fuentes consultadas indicaron que las advertencias de Washington fueron trasladadas a altos funcionarios del servicio de seguridad estatal de Ucrania, el SBU, así como a la dirección de inteligencia militar, conocida como GUR, que han venido ampliando el alcance de sus propios programas de drones para atacar objetivos rusos.

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En este sentido, una de las personas dijo que la Casa Blanca se había sentido cada vez más frustrada por los descarados ataques con aparatos no tripulados ucranianos contra refinerías, terminales, depósitos e instalaciones de almacenamiento de petróleo en todo el oeste de Rusia, perjudicando la capacidad de producción de petróleo de uno de los mayores exportadores de energía del mundo a pesar de las sanciones occidentales a su sector de petróleo y gas.

En lo que va de año, los precios del petróleo han aumentado alrededor de un 15 % y se han consolidado por encima de los 85 dólares el barril, encareciendo el coste del combustible y demorando el control de la inflación que permitiría un ajustes más ágil de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal justo cuando el presidente estadounidense, Joe Biden, comienza su campaña para la reelección.

Asimismo, a Washington también le preocuparía que si Ucrania insiste en seguir atacando instalaciones rusas, muchas de las cuales se encuentran a cientos de kilómetros de la frontera, Rusia podría tomar represalias contra infraestructura energética de la que depende Occidente, incluyendo el oleoducto CPC que transporta petróleo desde Kazajistán a través de Rusia y que usan compañías occidentales como ExxonMobil y Chevron.

«No fomentamos ni permitimos ataques dentro de Rusia», dijo un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), mientras que la CIA declinó hacer comentarios. Asimismo, desde Kiev, un portavoz del SBU no hizo comentarios al diario y los funcionarios del GUR y de la oficina del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, no respondieron a las solicitudes de comentarios. Cuestionada sobre este asunto, Olha Stefanishyna, viceprimera ministra de Ucrania para la integración europea y euroatlántica, destacó el éxito de las operaciones por parte en el territorio de la Federación Rusa. «Entendemos los llamamientos de nuestros socios estadounidenses», dijo Stefanishyna en un foro de seguridad en Kiev.