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Las autoridades paquistaníes han elevado a 54 la cifra de fallecidos por el atentado perpetrado este domingo contra un acto del partido islamista más importante de Pakistán, el Jamiat Ulema e Islam (Fazl) (JUI-F), en Jar, en la frontera con Afganistán. El atentado, perpetrado cuando unos 500 militantes del partido estaban reunidos para escuchar la intervención de un dirigente regional, el maulana Laiq, ha sido reivindicado este lunes por Estado Islámico, según ha informado SITE Intelligence Group, un organismo especializado en hacer seguimiento de los grupos terroristas.

La Policía ha indicado que todavía hay 83 personas hospitalizadas en distintos centros sanitarios, según datos del portavoz del Departamento Antiterrorista de Pakistán, el general Shokat Abbas, citado por la televisión Geo TV.

Abbas ha explicado que el acto del partido comenzó en una zona cubierta con lonas y la explosión ocurrió más de dos horas después, sobre las 16.10 horas, cuando el acto estaba a punto de terminar. Los vídeos difundidos en redes sociales muestran una potente detonación en la zona de los oradores mientras simpatizantes del grupo, incluidos niños, se movían por el lugar.

Abbas ha indicado que se han localizado rodamientos y otros elementos utilizados para hacer que la bomba --compuesta de entre 10 y 12 kilos de explosivo-- fuera más dañina y ha apuntado que el grupo responsable ha sido ya «identificado». Además ha revelado que el explosivo tenía como objetivo a una persona «concreta» presente en el lugar.

Entre los fallecidos está el líder del partido en Jar, el maulana Ziaulá Jan, y el secretario general de la formación en Nawagai, Hamidulá Haqqani. También estaban presentes otros dirigentes del partido, como el maulana Yamaludín o el senador Abdur Rashid, según ha explicado el portavoz de JUI-F en Jíber Pajtunjua, Abdul Yalil Jan. Por otra parte, las autoridades han informado de la detención de tres sospechosos y han recordado las reiteradas peticiones a Afganistán para que sus autoridades actúen contra grupos armados refugiados en su suelo y controlen la frontera.