Imagen de banderas de la OTAN y Ucrania en Kiev. | SERGEY DOLZHENKO

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El comandante de la Operación de las Fuerzas Conjuntas de Tavria, Oleksander Tarnavski, ha confirmado que el Ejército ucraniano ha recibido ya las bombas de racimo prometidas la semana pasada por la Administración de Estados Unidos. Tarnavski, un militar de alto rango de una zona cercana a Melitopol (Sur), ha aclarado a la cadena CNN que las Fuerzas Armadas aún no han hecho uso de tales municiones, aunque ha reconocido que estas pueden «cambiar radicalmente» el rumbo de la guerra.

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«El enemigo también comprende que al obtener esta munición, tendremos una ventaja. El enemigo cederá esa parte de terreno donde es posible usar esto», ha manifestado el comandante Tarnavski, que ha añadido que dependerá de un liderazgo superior la zonas donde se usen estas nuevas municiones. Más tarde, el director de operaciones del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el teniente general Douglas Sims, ha confirmado en rueda de prensa que, efectivamente, «hay municiones de racimo en Ucrania en este momento».

Cuando Estados Unidos confirmó que enviaría a Ucrania estas bombas de racimo, aseguró que había recibido el compromiso de Kiev de que no se emplearían en zonas con presencia de civiles, y que su uso se daría de forma eventual en operaciones de desminado. De hecho, Sims ha reiterado que Ucrania «no tiene ningún interés en usar las municiones de racimo cerca de la población civil, a diferencia de los rusos», a los que ha acusado de haber empleado este tipo de armamento en zonas residenciales.
Este suministro ha despertado las críticas no solo de Rusia, que acusa a Estados Unidos de cometer un crimen de guerra y ha amenazado con emplear también bombas de racimo, sino también de parte de aliados estadounidenses, como Canadá o Reino Unido.