Enloquecido, pálido y con una chaqueta táctica de piel de tiburón, Yevgueni Prigozhin se grabó a sí mismo hace cosa de un mes insultando a los ministros de la guerra rusos y exigiendo, entre alaridos, más armas y munición a los generales del Kremlin. Estaba en la ciudad mártir de Bajmut, donde durante nueve meses sus mercenarios de Wagner fueron destruyendo pedazo a pedazo aquella urbe ucraniana sin ningún valor estratégico y que antes de la guerra tenía 70.000 habitantes. No era el primer desencuentro con el ministro Sergei Shoigú, pero que el propietario de una organización paramilitar se permitiera el lujo de bramar en Telegram contra Moscú era algo impensable en la época soviética. Y Putin, de hecho, es muy estalinista.
Guerra Rusia-Ucrania
El chef que se comió al zar
De cómo el cocinero favorito de Putin, y dueño del ejército privado más grande del mundo, ha acabado amotinándose contra su socio
Palma24/06/23 10:35Actualizado a las 11:24
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1 comentario
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!accidente! Sisi.... Y el humillo de la estela de algo que ha subido a toda pastilla al principio del vídeo? Bueno hay que cogerlo con pinzas quizá todo forma parte de un teatro , rebelión de Wagner incluida