Los simpatizantes de Muqtada al Sadr vuelven a asaltar el Parlamento de Irak en julio de 2022. | THAIER AL-SUDANI

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El Parlamento de Irak celebrará este jueves una sesión para elegir al nuevo presidente del país, tras varios meses de parálisis política a raíz de las elecciones legislativas anticipadas de octubre de 2021, que aún no han derivado en la formación de un nuevo gobierno. El presidente del Parlamento, Muhamad al Halbusi, indicó el martes que la sesión tendrá lugar el 13 de octubre y ha recalcado que sólo habrá un asunto en la agenda, que es "elegir al presidente de la República", según un comunicado publicado en la página web del organismo legislativo. Así, afirmó que el nuevo presidente será elegido "en línea con las cláusulas constitucionales" y agregó que Al Halbusi ha reclamado que "se entreguen los currículos de los candidatos a los parlamentarios", tras lo que ordenó aplazar la sesión hasta el jueves.

Previamente, el Parlamento aprobó también el cese de Ihsan Abdulyabar como ministro de Finanzas en funciones, en medio del ahondamiento de la crisis económica y social, agravada por la citada parálisis política desde las elecciones del año pasado. De hecho, estaba previsto que el Parlamento celebrara esta votación en febrero, si bien se vio aplazada en numerosas ocasiones a causa de las disputas derivadas de los comicios y el bloqueo por parte de partidos y milicias proiraníes. La Presidencia iraquí ha estado ocupada por políticos kurdos desde hace dos décadas, en el marco de un acuerdo de reparto de poder que incluye que el primer ministro debe ser miembro de la comunidad chií y el presidente del Parlamento, suní.

Irak ha sido escenario en los últimos días de nuevas movilizaciones, coincidiendo con el tercer aniversario de las protestas de octubre de 2019, que se saldaron con al menos 600 muertos en todo el país por la reacción de la Policía iraquí y las milicias proiraníes. Las protestas, que derivaron en la dimisión del entonces primer ministro, Adel Abdul Mahdi, estuvieron activas durante varios meses para exigir el fin del sistema de gobierno vigente desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, el fin de la corrupción, mejores servicios básicos y empleo. Posteriormente, el nuevo primer ministro, Mostafá al Kazemi, convocó elecciones anticipadas. En dichos comicios, el partido liderado por el clérigo chií Muqtada al Sadr se alzó con la victoria, si bien hasta ha sido incapaz de formar gobierno debido al bloqueo de los partidos y milicias proiraníes, lo que ha provocado que su bloque se haya retirado de las negociaciones y del Parlamento, ahondando la crisis política en Irak.