Imagen del asalto al Capitolio. | STEPHANIE KEITH

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Emanuel Jackson, un joven de 20 años del área de Washington, fue captado en vídeo usando un bate de metal para golpear los escudos protectores de los agentes de policía que intentaban impedir el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero.

Jackson, en espera de juicio en un tribunal federal por cargos de agresión, está adoptando una nueva defensa legal: busca culpar a Donald Trump, citando los comentarios del expresidente en una manifestación de «detener el robo» poco antes del asedio al Capitolio.

Trump instó a la multitud a «luchar como en el infierno», dijo «no lo soportaremos más» y repitió afirmaciones emitidas sin pruebas de que le habían robado las elecciones mediante un fraude electoral generalizado.

Trump exhortó a sus seguidores a ir al Capitolio y los disturbios posteriores interrumpieron la certificación por parte del Congreso de la victoria electoral del demócrata Joe Biden, obligó a los legisladores a esconderse y dejó cinco muertos, incluido un policía.

La abogada de Jackson, Brandi Harden, escribió en un expediente judicial el 22 de enero que «la naturaleza y las circunstancias de este delito deben verse a través del lente de un evento inspirado por el presidente de Estados Unidos».

Asimismo, argumentó que el asalto al Capitolio «parece haber sido espontáneo y provocado por las declaraciones hechas durante la manifestación para 'detener el robo'». Harden afirmó que Jackson debería ser liberado a la espera del juicio. Un juez denegó la solicitud el 22 de enero.

Al menos seis de las 170 personas acusadas en relación al asedio al Capitolio han tratado de echar al menos parte de la culpa a Trump mientras se defienden en la corte o en el tribunal de la opinión pública.

Otros acusados que apostaron por el mismo camino son Jacob Chansley, quien destacó en el asalto por llevar un tocado con cuernos y pintura facial, y Dominic Pezzola, un miembro del grupo de extrema derecha «Proud Boys» que está acusado de romper una ventana en el Capitolio con un escudo policial robado para que los manifestantes pudieran entrar.

«El jefe del país dijo: 'Gente del país, vengan, díganle a la gente lo que piensan'», dijo a Reuters el abogado defensor de Pezzola, Michael Scibetta. «El pensamiento lógico era, 'Nos invitó a ir'».